26 de abril de 2009

LA SEPTIMA M, Francisca Solar

 

 7M 

TÍTULO: La Séptima M
ISBN: 9685964211
Número de páginas: 248
Autor: Solar, Francisca;
Editorial: Montena

La Séptima M es la primera novela de Francisca Solar, y después de leer el libro, espero por el siguiente de esta serie.

Una forense, su amigo fotógrafo “geek” y un detective algo amargado son los personajes que nos muestran lo extraño de Puerto Flake y sus habitantes. La historia es interesante, y los momentos de intriga y acción me hicieron sentir cada situación.

Un detalle que en algunos pasajes fue molesto fueron las referencias de cultura pop que aparecen una y otra vez en el relato, producto de la relación entre el fotógrafo y la forense, pero poco a poco te acostumbras a ello y se convierte en un elemento más y no queda en la intención de demostrar cuan conocedora o ñoña es la autora.  Recomendable para quienes siguieron los expedientes X .

 

 

11 de abril de 2009

Culpa

1

La casa de Daniela estaba en un sitio privilegiado, lejos y cerca, era la mejor ubicación para ver la destrucción de todo Santiago, la ciudad que fuera el centro económico y social de un país emergente se volvió cenizas ante sus ojos. Cuando la visión fue demasiada dantesca cambio sus cortinas por las más oscura que tenía, las cerró y se volcó ante sus monitores, desde allí vio como su mundo de desmoronaba. Se engañaba viendo canales internacionales… lejanos muy lejanos… funcionó hasta que mostraron algunas imágenes de Chile.

La angustia se apoderó de Daniela. Era verdadero pánico el que sentía cada amanecer, cuando veía su ordenador, lo observaba por horas antes de animarse a encenderlo, lo mismo hacía con la televisión. Un día su laptop no recibía señal, el televisor ídem, y entonces sintió un gran alivio, el mundo ya no importaba y era solo ella observando y entendiendo a través de sus ojos lo que pasaba. No temía, no necesitaba saber lo que pasaba más allá del horizonte, porque ya todo daba lo mismo, en todos los rincones existían los mismos problemas.

Incomunicada, pero feliz, respiró hondo y comenzó a hacer planes, se vio rodeada de objetos, tendencias, texturas y aromas que ya no tenían valor alguno en su mundo, en este nuevo mundo. Se sintió ridícula de atesorar tanto si solo bastaba con la libertad del aislamiento. Así sin saber del pronostico del clima, ni quien esta de cumpleaños hoy o quien superó a quien en el jueguito de la semana, tomó su mochila, se miró al espejo por única vez en semanas y salió de casa, No había razón alguna para continuar en ese sitio, donde todo estaba muerto o moriría pronto. El mundo se caía a pedazos, el planeta buscaba su nuevo equilibrio y todo indicaba que los humanos no estaban en ese nuevo plan. Todo lo que se creo se redujo a escombros y fuego.

Al salir de casa, Daniela vio como una figura humana se acercaba, caminaba lentamente. Era Gloria que jadeante llegaba a ver a su amiga

- Daniela, ¿como estas? , hace dos semanas que no se nada de ti…. allá abajo esta todo mal, no hay nada.

Daniela parecía ignorarla, miro hacia el sol que se escondía tras un árbol, suspiró hondo, y despreocupadamente dijo:

- ¿Has notado lo limpio que esta el aire? y eso que no ha llovido, al parecer ya controlaron los incendios- permanecieron en silencio un momento, Gloria pensaba en los incendios y saqueos que observó en el camino, maldijo a quien le había arrebatado su mochila y aun podía sentir su patada en el estomago, pero algo de tranquilidad había, estaba con Daniela juntas podrían idear algo y sobrevivir hasta que el orden volviera. Además seria mucho más fácil entre dos cuidar a Gustavo. ¿Dónde estaba Gustavo?

- Daniela, necesito comer algo ¿qué tienes en la cocina?, Gustavo esta llorando, entremos el sol comienza a pegar fuerte- Gloria vio una mueca de molestia cuando se oyó el llanto de Gustavo, luego notó la mochila que cargaba Daniela, todo fue muy claro. Daniela lo abandonaría, lo dejaría solo a su suerte.- Dani… ¿dónde vas? ¿No pensarás irte sola?

2

Cuando Gustavo nació, todos corrieron a la clínica, todos ansiaban ver al pequeño Gustavo. Todos llegaron con globos y flores a saludarlo, él solo dormía ajeno a toda la alegría que lo rodeaba.

El día en que Gustavo nació, Gloria también corrió a la clínica, compró un bello globo, el más grande. Mientras lo elegía pensaba lo inútil del regalo: - …apenas y distingue formas, jamás recordara este globo enorme…- Se bajó del auto y mientras caminaba por el pasillo ensayaba mentalmente las frases a decir, melosas frases que se dicen en estos momentos. Cuando entró en la habitación, no podía creer lo cambiada que estaba su amiga, Daniela parecía otra persona. Irradiaba alegría mientras acariciaba a un pequeño Gustavo.

El día en que Gustavo nació, las fronteras de la nación más próspera se cerraron, resguardando todo lo necesario para que sus connacionales vivieran sin problemas por décadas. Ese día, los que conocieron esta situación guardaron silencio, una gran alarma no ayudaría en nada, pasaron los meses y ese día, fue el nacimiento de la mayor crisis que la humanidad no superó.

Meses después, Gloria ya entendía en que consistía eso del instinto maternal, lo veía a diario en su amiga, y en ella, jamás había visitado tan seguido a una persona. A las pocas semanas se dio cuenta del estúpido espécimen de padre que le había tocado al pobre bebé, además de los tres tipos de estallidos sonoros que utilizaba Gustavo para comunicarse: uno para comida, otro para abrazo y un tercero para cambio de pañal. También en pocos meses todo comenzó a salir a la luz.

Lo primero fue escasez de alimento, por desastres naturales que arruinaron muchos cultivos, seguido del desplome de las grandes economías. Así se acabó el trabajo en muchos lugares, pero se escuchaban esperanzadores mensajes gubernamentales. Hasta ahí era solo cosa de saber usar el poco dinero que algunos habían ahorrado.

Gustavo seguía creciendo y ya no extrañaba al imbécil progenitor que desapareció 5 meses después de su nacimiento, era feliz ahora que su madre lo cuidaba la mitad del día, Daniela también fue despedida. Gloria se mantenía aunque su sueldo había disminuido. Todos creían que en un par de años todo volvería a la normalidad.

Ahora Gloria estaba sola, verdaderamente sola, mirando en lo que se había convertido esa ciudad que tanto amo y odio, escuchando a Gustavo llorar, viendo como su amiga no era más que un punto borroso cercano al horizonte y preguntándose donde huir, ¡Dónde!.

Ilustración : Sebastián Gúmera, “ Ver el mundo arder 00”